Buscas un aperitivo que conquiste a todos y que además sea facilísimo de preparar? Estos pinchos de chistorra con calabacín y queso brie son la solución. Jugosos, cremosos y crujientes, estos bocados son perfectos para fiestas, reuniones o para darte un capricho. ¡Anímate a prepararlos!
Comienza preparando el calabacín: lávalo bien y córtalo en finas tiras longitudinales con un pelador o una mandolina. Estas tiras servirán para envolver los ingredientes del pincho, así que procura que sean delgadas pero firmes.
A continuación, corta la chistorra en trozos de unos 3-4 cm de largo. Llévalos a una sartén a fuego medio y cocínalos hasta que estén bien dorados. Retíralos y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Mientras, corta el queso brie en pequeñas porciones, aproximadamente del mismo tamaño que los trozos de chistorra.
Ahora monta los pinchos. Toma una tira de calabacín y coloca en uno de sus extremos un trozo de chistorra y otro de queso brie. Enrolla la tira de calabacín alrededor de ambos ingredientes, formando un pequeño rollito, y fíjalo con un palillo.
Antes de servir, calienta una sartén con unas gotas de aceite de oliva y dora los pinchos por ambos lados, lo justo para que el calabacín tome color y el queso brie comience a fundirse ligeramente.
Finalmente, coloca cada pincho sobre una pieza de pan tostado.
¿Sabías que el brie es uno de los quesos más antiguos registrados? Tiene su origen en Francia allá por el medievo, específicamente en la región de Île-de-France. Es un queso de pasta blanda elaborado con leche de vaca, cubierto por una corteza comestible de moho blanco que aporta un toque distintivo tanto en sabor como en apariencia.
Además de ser una delicia por sí solo, el brie es muy versátil en la cocina. Puede servirse como aperitivo acompañado de uvas o higos, o ser el ingrediente estrella en recetas calientes, como quiches, empanadas o salsas cremosas. También es común encontrarlo horneado cubierto de miel.
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